
Para los que somos deudores al Señor a través de la obra estudiantil, John Stott es un regalo de Su parte en un doble sentido: por un lado, por su propia pasión por el mundo académico y las posibilidades inmensas y estratégicas que tiene para la evangelización en la universidad; por otro, porque su amor por la Palabra, y la pasión y equilibrio con la que se acerca a ella y la presenta, contagia; nos invita sistemáticamente a sumergirnos en ella para encontrar todo lo que el alma busca.
Pasión y equilibrio, ya que los mencionamos, no son fáciles de compatibilizar, pero John Stott lo hace en cada escrito, y el que nos ocupa no es la excepción. Su lenguaje envolvente te pide más, saber más, leer más, enamorarte más de los tesoros por descubrir entre las líneas del texto. Pero su rigor, a la vez, y la insistencia en buscarlo a través de la Palabra, nos impulsan, no solo a desear estar más cerca de la Escritura, per se, sino a “dejarnos controlar por ella”, que es lo que sucede desde una interpretación diligente y seria como la que se nos enseña en Estudiantes de la Palabra.
Este pequeño libro recoge algunas de sus últimas aportaciones en un encuentro estudiantil internacional y su énfasis, como no podía ser de otra forma, es a la recuperación inapelable de la autoridad de la Biblia en su conjunto; mostrándonos a un Jesús sometido a la Escritura que, viviendo entre ambos Testamentos, miraba hacia atrás, al Antiguo, y anticipaba el Nuevo, inspirándolo, marcándolo, proveyendo para su redacción. En todo ello, sujeto a la autoridad de lo escrito (“Escrito está”, repite, una y otra vez) y llevando el cumplimiento de lo que se decía de él hasta las últimas consecuencias.
Nosotros, hoy, nos beneficiamos directamente de aquello. Stott es plenamente consciente y, por ello, nos llama a cada uno de nosotros al mismo sometimiento, para andar como Jesús anduvo. A través de esta obra, se nos provee de principios interpretativos básicos para un acercamiento correcto; evitando los errores comunes, nos aproxima a la importancia de los contextos y los géneros literarios que componen el compendio bíblico y nos invita, en sus propias palabras, a “leer la Biblia hacia delante, pero teniendo en cuenta que solo la podremos entender hacia atrás”.
Siendo que se dirige al universo estudiantil, generar pensamiento de fe en un mundo incrédulo es una de sus metas, y así lo muestra en sus páginas, animándonos a ser de impacto en nuestros entornos, trayendo luz a la cultura, invitando a Dios y su mensaje a nuestros puestos de trabajo. Eso marca vidas que pueden ser vividas de manera radicalmente distinta, “penetrando en la sociedad”, en vez de ser “tragados por la cultura dominante”.
¿Eres estudiante?¿Profesional? ¿Amas la verdad? ¿Quieres impactar el mundo con la belleza de Cristo? Este libro es una hoja de ruta clara, concreta y concisa sobre cómo hacerlo, desde la posición privilegiada de ser Estudiantes de la Palabra.
Lidia Martín, licenciada en Psicología por la Universidad de Málaga y Máster en Psicología Clínica y de la Salud por la Complutense de Madrid, trabaja en esa misma ciudad en el ámbito de la atención privada desde hace más de 15 años.
Estudiantes de la Palabra
Este libro contiene cuatro exposiciones, las últimas en un encuentro de IFES, en el que fue el último viaje de John Stott fuera del Reino Unido. Su deseo era legar un marco para la lectura, la interpretación y la dependencia de la Escritura.
El Tío John, como era conocido por muchos estudiantes y graduados de todo el mundo, ha sido Vicepresidente Honorario y embajador de IFES. Fue amigo y pastor de sucesivas generaciones de líderes.