Dice John Berger que el consumismo es la ideología más invasiva y poderosa del planeta, y anima a las personas a rebelarse en contra, pero, ¿hasta qué punto como cristianos podrían nuestras acciones y predicaciones impactar la sociedad? ¿Tienen algo de bueno la tecnología y todos los avances modernos de todos los ámbitos, para nuestra vida cristiana? ¿Cuánto se ha implicado el cristianismo en la lucha por el medio ambiente?, y… ¿Estaría yo dispuesto a cambiar rutinas e incluso rechazar algunos placeres para sumarme al movimiento pro medioambiental?
Estas son solo algunas cuestiones que se presentan en el libro de Ruth Valerio Una vida justa y sencilla, donde se nos invita a reflexionar y se nos confronta con la realidad capitalista y
globalizada de la que todos formamos parte sin posibilidad de escape.
Porque sí, en este caso, todos estamos sumergidos y todos tenemos parte, de una forma u otra; esta globalización (económica, política, tecnológica y cultural) está arraigada en la sociedad, forma parte importante de nuestra narrativa social como de nuestra experiencia, está enraizada así mismo en las instituciones, en la filosofía, en los libros, en la cultura… pero en nuestra mano está el dejarnos llevar por esta corriente cada vez más rápida y densa, o encontrar precisamente, el modo, junto con sus herramientas, para vivir de la manera más justa y sencilla posible.
La autora del libro nos ayuda a ubicarnos en el contexto social e histórico, tanto desde un punto
de vista de consumidores de productos, como desde el punto de vista del productor del
precisamente consumismo hegemónico que nos ordena cómo vivir, qué pensar y qué desear; nos
hará hacer introspección sobre cómo nos movemos cada uno dentro de esta burbuja y confrontarnos con la idea de esa ilusoria felicidad que aparentemente tendremos si nos quedamos
a vivir en ella. También se nos guía por un recorrido histórico en cuanto al contexto eclesial del
tema: desde el profeta Miqueas y el apóstol Pablo, pasando por san Agustín, los filósofos Aquino y
Aristóteles, el movimiento del monaquismo, llegando a Moody, White, Claiborne y Sider entre
otros, sin dejar de lado al pensador Z. Bauman.
Junto con el análisis de palabras clave como el “ascetismo” o “eudaimonia” y una parte final
dedicada a estudiar virtudes como la “templanza” y la “justicia” y el concepto de “sencillez”,
llegaremos a ese lugar de decisión donde deberemos escoger seguir la corriente, o buscar ese
punto de equilibrio, ese “estado medio”, asumir la responsabilidad de ser consumidores éticos en
nuestra vida en comunidad, que nos permita influir e impactar nuestra sociedad tanto que estemos
disfrutando del camino de Dios preparado por Jesús, para estar en paz con Él, en paz con el
prójimo, y también en paz con la Creación.
Irene Rodríguez es educadora social, ama la música, leer, las artes y viajar. Tiene vocación para el trabajo con personas y le gusta conocer diferentes culturas y aprender de ellas. Es la persona creadora de Pazandjoy (@pazandjoy), una tienda de productos handmade con carácter solidario y con intención de promover valores como la justicia, la alegría, la paz o la solidaridad.