“Ser misional” comenta, “no es añadir actividades a nuestras ajetreadas vidas. Es nuestra vida. La misión debería ser la forma en que vivimos, no algo que le añadimos a la vida… Podemos ser misionales todos los días, y ni siquiera nos hace falta sobrecargar nuestras agendas. He aquí unas cuantas propuestas” (te sugerimos que las adaptes de una forma que encaje con tu cultura).
- Come con personas no cristianas. Todos comemos tres veces al día. ¿Por qué no convertir en un hábito compartir una de esas comidas con alguien no cristiano o con una familia de no
cristianos? Ve a comer con un compañero de trabajo, en vez de comer solo. Invita a tus vecinos a una cena familiar. Si preparar una cena copiosa supone mucho trabajo, pide una pizza y céntrate en la conversación. Cuando comas fuera, invita a otras personas. O lleva a tu familia a uno de esos restaurantes familiares donde puedes sentarte a la mesa con extraños e iniciar una conversación. Ponte a cocinar e invita tanto a cristianos como a no cristianos. Huye de la subcultura cristiana. - No vayas en coche, camina. Si vives en una zona donde se pueda caminar, acostúmbrate a salir y dar una vuelta por tu barrio, por tu urbanización o por tu campus. En vez de ir en coche a correos, a la tienda o a la oficina, ve andando a recoger el correo, a comprar, etc. Aprovecha tu paseo. Saluda a gente que no conoces. Da pie a conversaciones. Busca llamar la atención, paseando al perro o trayendo a los niños. Haz amigos. ¡Sal de casa! Interésate por tus vecinos. Haz preguntas. Ve orando por el camino. Ahorra en gasolina, salva el planeta y a algunas personas.
- Conviértete en alguien habitual. En vez de recorrer toda la ciudad para conseguir gasolina, hacer la compra, cortarte el pelo, comer fuera o tomar un café, ve a los mismos sitios. Conoce a los empleados. Ve a los mismos lugares en los mismos horarios. Sonríe. Haz preguntas. Sé asiduo. Yo tengo amigos en cafeterías por toda la ciudad. Mis amigos de Starbucks donan a nuestra iglesia un montón de hojaldres que les sobran dos o tres veces a la semana. Los usamos para reuniones de la iglesia y en ocasiones se los damos a personas sin hogar. Construye relaciones. Conviértete en alguien habitual.
- Comparte un hobby con personas no cristianas. Elige un hobby que puedas compartir. Sal y haz algo que te gusta con otros. Puedes probar deportes, como equipos de remo y ciclismo.
O comparte tu hobby enseñando. Da clases de costura, de piano, de violín, de guitarra, de punto, de tenis. Persevera en la oración. Sé intencional. Sé agradable. Diviértete. Sé tú mismo. - Habla con tus compañeros de trabajo. ¿Es eso difícil? Sé intencional en tus descansos. Sal con tu equipo o con tu cuerpo especial después del trabajo. Interésate por ellos. Elige a cuatro de tus compañeros y ora por ellos. Organiza grupos de madres y bebés en tu barrio, y no los hagas exclusivamente cristianos. Prepara tardes de juegos con los hijos de tus vecinos. Trabaja en la misión.
- Colabora como voluntario en organizaciones solidarias. Encuentra una ONG en tu vecindario y dedica un sábado al mes a servir a tu ciudad. Trae a tus vecinos, tus amigos o tu grupo de la iglesia. Pasa tiempo con ellos sirviendo a tu ciudad. Una vez al mes. ¡Puedes hacerlo!
- Participa en eventos de la ciudad. En vez de jugar con la Xbox, ver la tele o navegar por internet, participa en eventos de la ciudad. Ve a una recaudación de fondos, a un festival, a una limpieza comunitaria, a un espectáculo de verano o a un concierto. Participa de forma misional. Inicia conversaciones. Estudia la cultura. Reflexiona sobre lo que ves y oyes. Ora por la ciudad. Ama la ciudad. Participa con la ciudad.
- Sirve a tus vecinos. Ayuda a un vecino quitando las malas hierbas, cortando el césped, montando un mueble o arreglando el coche. Pásate por la asociación de vecinos o por la administración del edificio y pregunta si puedes hacer algo para ayudar a mejorar las cosas. Pregunta en la comisaría y en la estación de bomberos si hay algo en lo que puedas ayudarles. Sé creativo. ¡Simplemente, sirve!
Fragmento de Iglesias 24/7. Comunidades misionales en la vida cotidiana, Tim Chester y Steve Timmis.