En nuestra búsqueda de lectores y personas que disfrutan con los libros, hemos encontrado un grupito en la iglesia de la calle Verdi (Barcelona) que nos ha contado cómo está siendo su experiencia, con dos aspectos que la hacen muy curiosa:
«Empezamos el grupo de lectura el año pasado, desde la Diaconía de Oración. Fue una buena experiencia y por eso este curso lo estamos repitiendo.
Lo que hacemos es leer el mismo libro conjuntamente todas las personas que quieran (este año somos 20, más o menos como el año pasado). Empezamos a mediados de enero y durará hasta junio, aproximadamente. Lo anunciamos en la iglesia desde antes de Navidad para que todos fueran adquiriendo el libro.
Lo más curioso es que todas las reflexiones las hacemos por WhatsApp y que todos los libros son sobre el tema de la oración.
Leemos un capítulo por semana, si alguno es muy largo, lo hacemos en dos. El domingo por la noche decimos el capítulo que toca para la semana. Al principio dimos unas normas como que solo se pueden poner las reflexiones sobre el capítulo el sábado y el domingo, para que todos lo puedan leer sin interferencias. Otra norma es que este grupo solo se utiliza para este fin.
El objetivo es animarnos a orar más y aprender sobre la oración. La experiencia está siendo buena, porque se han animado a leer personas a las que les cuesta la lectura. Las reflexiones son muy enriquecedoras, a veces se comparten cosas personales, aspectos concretos sobre los que vamos aprendiendo. Además, no siempre comparten los mismos. Como todos somos de la iglesia, cuando nos vemos solemos compartir un poco de lo que nos ha hecho bien a nivel personal.
Otra de las cosas que dijimos es que teníamos que ir tomando alguna nota de lo que nos pareciera más importante, porque cuando acabemos el libro tendremos un encuentro de todas las personas que formamos el grupo para compartir y orar.
El año pasado leímos ¡No tengo tiempo para orar!, de Bill Hybels y este año estamos leyendo Un llamamiento a la renovación espiritual, de Donald Carson. Los libros los escogemos desde la Diaconía de Oración y luego los consultamos con el presbiterio».