“Pues como el joven se desposa con la virgen, se desposarán contigo tus hijos; y como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo” (Is. 62:5).

“Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos” (Sof. 3:17).

“Sobre ti fijaré mis ojos” (Sal 32:8).

Para la mujer que se siente insignificante, muy poca cosa y no muy importante para Dios, estas expresiones de amor de parte de Dios le vienen muy grandes. Piensa que no podrían aplicarse a ella, que van para el pueblo de Dios en general o para otras personas más destacadas, pero para ella no.

No sé si te sientes como muy pequeña en el universo, como colgada en el espacio, sin ubicación, aislada, perdida, huérfana, abandonada, sin valor y sin significado. Si es así, Dios quiere llegar al fondo del abismo que escondes en el centro de tu ser donde te sientes triste y sola y pequeña e insignificante. Quiere mirarte allí, fijar sus ojos en ti, contemplarte con una mirada de profunda amor y compasión. Para Él eres un tesoro. Pone un valor incalculable sobre ti. Para Él representas una eternidad de pensamientos, eres el objeto de un amor que nunca habías conocido antes, de un conocimiento que abarca la totalidad de tu ser, de una comprensión de cómo piensas, por qué eres como eres, cómo te formaste y cuáles son tus necesidades más escondidas.

Te encuentra y se regocija sobre ti con cánticos. Eres su gozo. Se goza en ti. Le proporcionas alegría. Se deleita en ti. Eres suya. Se goza contigo el Dios tuyo. Para Él significas muchísimo. Se encuentra contigo como persona a persona. Te mira y te ama. Canta de amor. Se goza. Eres su hija, y te ama porque Él es amor. Tiene que amar porque es su carácter. Disfruta amando y ha elegido amarte a t