


«El 27 de abril de 1921, para alegría de sus padres, nacía el primer y único hijo varón de Arnold y Lily Stott. El nombre que le impusieron fue John Robert Walmsley. Sus hermanas, Joanna, de nueve años de edad, y Joy, de dos, estaban sorprendidas por la llegada de ese nuevo miembro de la familia. El padre acababa de cumplir los treinta y seis años, y la madre frisaba ya en los cuarenta. John fue el último miembro de la familia» (John Stott: Un hombre de Dios excepcional).
Un pastor anglicano muere a los 90 años en Inglaterra y, alrededor del mundo, miles de personas de todas las denominaciones cristianas, responden ante la noticia con dolor y gratitud a Dios por su vida. El miércoles 27 de julio de 2011 por la tarde, John Stott pasó a la presencia de Dios en St. Barnabas, la residencia de pastores anglicanos jubilados donde vivía. La noticia de su viaje a la casa del Padre ha tenido repercusión mundial. Porque por todo el mundo hay personas cuyas vidas fueron enriquecidas y bendecidas por el ministerio de predicación, docencia y literatura de este infatigable siervo de Dios. En abril del 2005, el conocido semanario estadounidense Time incluyó a Stott entre las cien personas más influyentes del mundo.
En este 2021 que acabamos de comenzar se conmemora el centenario del nacimiento de John Stott y los diez años de su muerte. Por ello, nuestro pequeño homenaje, es presentar cada mes uno de sus libros que hemos publicado.

Por qué soy cristiano
En el año 2003, John Stott publicó su breve pero sustancioso libro Por qué soy cristiano, que luego fue traducido y publicado en castellano por la editorial Andamio en 2007. En cierto modo, este es su autorretrato teológico y vital, en el que podemos distinguir dos aspectos importantes. Por una parte, trabajó con textos bíblicos escogidos por su significación y organizados de manera que ofrecen un cuadro completo y coherente de la fe y la vida cristiana; y, por otra, la polémica intelectual con un pensador respetado y vigente en ese momento, el Premio Nobel Bertrand Russell, quien había publicado en 1927 su libro Por qué no soy cristiano,
que volvió a publicarse 30 años después.
La forma en que Stott articula su fe para comunicarla se puede apreciar en Cristianismo Básico, donde expone lo que significa creer en Cristo y explica las bases bíblicas y racionales de una postura cristiana en el mundo actual. Lo complementa Sobre la Roca, en el que trata de cómo crecer en la vida cristiana.
Por qué soy cristiano es un testimonio cálido, inteligente y convincente de su fe, quizás la mejor introducción breve para comprender las convicciones básicas que habían guiado su vida. Decía Stott en el Prefacio de su libro: “Al escribir este breve libro titulado Por qué SOY cristiano, no pretendo rebatir punto por punto los argumentos del Conde Russell, porque reconozco su brillantez como filósofo y matemático, ganador de un Premio Nobel de Literatura y heraldo de la lógica y la libertad. Pero también reconozco que deben presentarse ciertos argumentos a favor del cristianismo que Bertrand Russell no presentó y que, quizá, ni siquiera consideró”.1
En los siete capítulos de su libro, Stott va hilvanando temas claves de la fe, comenzando con “El sabueso del cielo” en el capítulo 1, en el cual estudia cómo Jesús se fue manifestando a Saulo de Tarso, de manera que acabó convertido en el apóstol Pablo. Y luego muestra la experiencia parecida de ser hallados por Jesús que tuvieron el poeta Francis Thomson, San Agustín y, más recientemente, Malcolm Muggeridge y C. S. Lewis.
En el capítulo 2, se concentra en la enseñanza de Jesús y sus reivindicaciones respecto a él mismo y sus credenciales. El capítulo 3 se ocupa de “La Cruz de Cristo”. En cierto modo, todos los libros de Stott son cristocéntricos, pero algunos de manera especial por su énfasis e intención; por ejemplo, La Cruz de Cristo, uno de los libros que el autor más quería y que demuestra que la cruz es central para comprender de veras a Jesús: teología profunda pero no difícil de entender. Uno más reciente es Cristo, el incomparable, en el cual Stott expone la manera en que se ha aclarado y enriquecido en los estudios más recientes, alrededor del mundo, la comprensión de la persona y obra de Cristo. Explora también el impacto de Jesús a lo largo de los siglos.
La pandemia y sus consecuencias están provocando en muchas personas la reflexión acerca de lo que de veras significa ser humano. “La paradoja de nuestra humanidad” es el tema del capítulo 4, que conecta con el 5 sobre la llave a la libertad y el 6 sobre el cumplimiento de nuestras aspiraciones. El libro concluye en el capítulo 7 con un llamamiento a considerar y aceptar la invitación de Dios en Jesucristo a todos los seres humanos.
Después de muchos años de haber compartido el evangelio en las aulas de universidades de Europa y las Américas, recomiendo de corazón este libro de Stott , “una de las personas más influyentes del mundo” como dice su contraportada.
1 John Stott, Por qué soy cristiano, Andamio Editorial, Barcelona, 2007, p. 9.
SAMUEL ESCOBAR AGUIRRE
«Una de las cosas que más admiré en Stott fue su convicción evangélica fundamental en la que no hacía concesiones, unida a su apertura a dialogar con todas las posturas teológicas y a escuchar a todos con respeto y consideración: lo que yo llamaría un evangelicalismo abierto. Llegado el momento, sin embargo, él decidía cuándo le tocaba seguir su propio curso evangélico. También admiré la seriedad con que tomó su tarea de escritor, una vocación cultivada con esmero. Me decía: Samuel, así como anotas en tu agenda entrevistas con algunas personas o compromisos para predicar, tienes que anotar tiempos específicos para escribir y no dejar que nada los desplace o postergue”.