Publicar en Andamio no es fácil. Se editan pocos libros al año y se debe ser muy selectivo. Es cierto que se da prioridad a autores cercanos, pero se sigue siendo selectivo; así que no fue y no ha sido fácil para Edith Vilamajó publicar este libro con Andamio.

El reto era pasar de una tesis doctoral a un libro de divulgación y finalmente lo ha conseguido.

Que lo haya hecho es señal de convicción personal, de capacidad de perseverar y de estar dispuesta a escuchar, trabajar, modificar… y avanzar hasta el final. El resultado es un libro realmente interesante y bien pensado.

Este libro es el fruto de tres convicciones por parte de Edith:

1. Nací para y fui llamada a aprender y a enseñar. Fruto de un claro llamamiento.
2. De niña solía decir: “Cuando sea mayor quiero ir a África, construir una escuela y enseñar”. Esta vocación nunca me ha abandonado. Pero antes de poder convertirme en maestra, debía pasar por ser estudiante. Nunca fui una estudiante brillante, pero sí capaz de seguir porque estaba dispuesta, era disciplinada y trabajaba duro. Fruto de un aprendizaje largo y duro.
3. Hice una reflexión sobre las razones que me ayudaban a superar los desafíos académicos para, a continuación, ver cómo podía transferir esto a mi práctica educativa. Fruto de la reflexión.

Edith, el “primer hijo literario” ha salido muy sano y con las mejores condiciones para crecer. Gracias por este trabajo tan significativo, tan elaborado y cuidado hasta el detalle.

Francisco Mira, extracto de la presentación del libro que se realizó en octubre en Barcelona.