En todo tiempo ama el amigo; para ayudar en la adversidad nació el hermano (17:17).
CUANDO LA FAMILIA NO FALLA. La Biblia impide que hagamos un ídolo de la familia, si bien resalta su importancia. Hay amigos que son mejores que hermanos (18:24). Y también hay compañeros de trabajo mejores que la familia (17:2). Nuestros verdaderos hermanos y hermanas, hijos e hijas, son los otros creyentes en Cristo (Juan 1:12-13, 1 Timoteo 5:1-2). De este modo, las relaciones familiares no siempre deberían tener preferencia.
Sin embargo, los lazos familiares pueden tener una fuerza única y brillar con más intensidad en los momentos difíciles. Al contrario que un amigo que está siempre ahí, hay miembros de tu familia que quizás no quieran relacionarse contigo en el plano social y puede que descubras que no son personas a las que elegirías como amigos. Pero cuando llega la hora de la verdad, en el momento de adversidad, los miembros de tu familia a menudo están a tu lado incluso si eso supone un gran sacrificio. Del mismo modo que Jesús mismo, caminan contigo por el horno de fuego (Daniel 3:25).
¿Cuándo has visto, en tu vida o en la de alguien más, un ejemplo verdadero de este proverbio?