Una parte de nuestra crisis de identidad contemporánea se puede resumir diciendo que las personas modernas se ven asediadas por una pregunta biográfica ineludible: ¿quién soy yo? Desde las portadas de las revistas a los divanes de los psiquiatras, pasando por los seminarios populares, estamos rodeados de respuestas autoproclamadas a esta pregunta. Pero muchas personas se sienten insatisfechas con las respuestas ofrecidas porque estas padecen una deficiencia espantosa: no explican lo que para cada uno de nosotros es la esencia de nuestro anhelo, a saber, saber por qué somos todos únicos, totalmente excepcionales y, por consiguiente, importantes como seres humanos.
Todos los intentos de explicar la individualidad humana en términos generales se pueden resumir como variedades de verse “obligados a existir”. Su ineficacia es palpable. Nos volvemos “prisioneros” de nuestra categoría, ya sea género, clase, raza, generación o abolengo. No se tiene en cuenta nuestra individualidad.
Dentro de la sociedad occidental, en un nivel más urbano, la “identidad” se ha vuelto nuestro proyecto privado más importante, y los seguidores de la gran búsqueda de la “construcción de la identidad” se centran primero y sobre todo en el cuerpo. De aquí se desprende la fascinación constante por los libros de cocina, los manuales de educación física y las dietas, y se explican las fortunas inconcebibles que se amasan gracias a los alimentos sanos, los fármacos, la cirugía plástica, los productos para el cuidado del cuerpo, los aparatos de ejercicio y los manuales “aprende por tu cuenta” de todo tipo.
Además de esto, la realidad nos recuerda que es posible que ni toda la voluntad de este mundo nos convierta en lo que queremos ser. Por lo que respecta a la fuerza de voluntad, la voluntad es frecuente pero su fuerza es escasa. La verdadera identidad siempre se desarrolla en un entorno social, no se construye individualmente, de modo que no podemos alcanzarla con métodos “hágalo usted mismo”. En resumen, es necesario algo más que “el valor para existir”. Si el hecho de “ser obligados a ser” nos resulta inútil como individuos, decir que nuestra individualidad no es más que “el valor para existir” es una mera utopía.
La naturaleza humana es una respuesta al llamado divino. Esto se encuentra en un lugar mucho más profundo que la exhortación a escribir tu propio guion para la vida. Responder al llamamiento exige coraje, pero no estamos abandonados a nuestra suerte. El reto no depende solo de nosotros. La capacidad de medrar por nuestra cuenta es tan innecesaria como fantasiosa. Responder al llamado supone aceptar el reto, pero en diálogo y en colaboración, así como con una relación íntima entre el llamado y el Llamante.
¿Es esto la receta de una personalidad plana y una vida coartada? Todo lo contrario. Tal como señaló C. S. Lewis: “Cuanto más quitemos de en medio lo que ahora llamamos ‘nosotros mismos’ y dejemos que Él se encargue de nosotros, más auténticos seremos como personas”. La alternativa es una auténtica catástrofe. “Cuanto más me resisto a él e intento vivir por mi cuenta, más dominado estoy por mi propia herencia y el modo en que me hayan criado, mi entorno y mis deseos naturales. De hecho, lo que llamo con orgullo ‘yo’ se convierte en el mero punto de encuentro de series de acontecimientos que nunca empecé y que soy incapaz de detener”.
Solo cuando respondemos a Cristo y seguimos su llamamiento nos convertimos en quienes somos de verdad, y llegamos a tener personalidades propias. De modo que, por lo que respecta a la identidad, las personas modernas han invertido totalmente las cosas: profesando no estar seguras de Dios, pretenden estar seguras de sí mismas. Los seguidores de Cristo ponemos las cosas en otro orden: inseguros de nosotros mismos, estamos seguros de Dios.
Este fragmento es un extracto del libro El llamamiento, de Os Guinness, que pertenece a la serie Ágora.
El llamamiento. Cómo hallar y cumplir el propósito esencial de tu vida
Os Guinness
¿Por qué estamos aquí? ¿Qué quiere Dios para mi vida? ¿Dónde encajo a nivel individual? ¿Cómo debería ese llamamiento influir en mi vida profesional y en mi futuro, según mi concepción de éxito? El autor ayuda aquí al lector a descubrir respuestas apropiadas a todas esas preguntas y otras posibles, con la ayuda complementaria al final de cada capítulo de preguntas para la reflexión y el estudio, adecuadas tanto para reuniones en grupo o de forma individual.