Preséntate en tres frases: ¿qué te gusta? ¿A qué te dedicas? ¿Cuál es tu principal pasión? ¿Con qué escritor cristiano te gustaría tomar un café? ¿Qué libro tienes en la mesilla de noche? ¿Dónde vives? o ¿Qué has estudiado?
Soy Rubén Miralles, tengo 22 años y soy de Valencia. Estudio Ingeniería electrónica industrial y, al fin, estoy en el último año. Una de mis mayores pasiones es la música, en concreto todo lo que tenga ver con sintetizadores y electrónica musical, me encanta. Si alguna vez tuviese la oportunidad de hacerme un café con algún escritor cristiano sería con Timothy Keller y hablar sobre algún tipo de cuestión de apologética, sería total.
¿Nos podrías explicar cómo ha sido tu experiencia leyendo Dando fruto en tu lugar de misión?
Pues la experiencia ha sido muy positiva, es un libro muy fácil de leer. Además de que es muy interesante, edificante y clarificador, ya que muchos de los conceptos que trata (por ejemplo, ministrar con amor o moldear la cultura) los conocemos y los hemos escuchado miles de veces, el hecho de que se utilicen historias reales para demostrar su aplicación en la vida diaria, para mi ha sido clave; porque he conseguido ver el concepto aplicado a mi vida cotidiana y he podido entender cómo desarrollar cada una de las “emes” en mi campo de misión. Es un libro entretenido debido a las historias que se cuentan y el humor del autor.
Desde el principio me ha dado la sensación de que, más que leer un libro, estaba asistiendo a una conferencia y en algunos momentos incluso una conversación, porque leyendo me venían algunas preguntas o ideas y en los siguientes párrafos Mark Greene me las contestaba (suena un poco extraño, pero sí).
¿Qué crees que tiene que contarle este libro a tus compañeros en la universidad?
Creo que es un libro más para cristianos que para no creyentes, ¡así que les diría a mis amigos cristianos de la universidad que lo empezarán a leer y sobre todo a estudiar ya!
Sin duda les hablaría de las seis “emes” que trata el libro, y de cómo ser fructífero está en los pequeños detalles de nuestro carácter y nuestra forma de relacionarnos con la gente no creyente.
Mientras leías, ¿has subrayado alguna frase? ¿Con cuál te quedas?
Ha habido algunas freses que me han llamado mucho la atención y me han hecho pensar bastante.
- La primera frase que me llamó la atención esta en el primer capítulo “Obertura a la chica sin nombre”: “¿Cuánto es un poquito en las manos de Dios?”. Siempre he pensado que somos muy poquita cosa, pero, ¿qué es poco para alguien que simplemente con su palabra ha creado todo lo que existe?
- “El objetivo de ser fructífero es dar la gloria a Dios”.
- “En sus manos, incluso lo que parece un fracaso puede producir una cosecha extraordinaria para la gloria de su nombre. Mira si no a la cruz”.
- “Agallas, Espíritu, oración y el apoyo del pueblo de Dios, un cóctel muy potente”.
Estas son algunas (por no extenderme mucho) de las frases que más me han llamado y se me han quedado grabadas.
Si pudieras, ¿qué le preguntarías a Mark Greene?
Supongo que le preguntaría acerca de su campo de misión y cómo ha desarrollado y aplicado él en ese campo las seis “emes”. También le contaría cómo es mi lugar de misión, cómo es la universidad, la gente, la cultura de la universidad, etc. Seguro que me ayudaría a encontrar algún pequeño detalle en el que pudiera ser aún más fructífero y así, de paso, Mark tendría una historia más para el siguiente libro.
¿Qué ha sido lo que más te ha impactado?
Una de las cosas que más me ha sorprendido es lo despistado que estaba acerca de lo que es ser fructífero. Muchas veces pensamos que ser fructíferos se limita a evangelizar y ganar muchas almas para Dios, pero no se limita a eso; ser fructífero es dar la gloria a Dios en todo lo que hacemos, en nuestras cosas normales y cotidianas que realizamos día a día. Pequeños detalles que marcan la diferencia y que la gente no creyente sea capaz de ver la gloria de Dios a través de ellos. Las historias que se recogen en el libro muestran perfectamente esto, cómo gente con gestos extremadamente normales marca una gran diferencia simplemente por hacerlos para glorificar a Dios.
Otra cosa que me ha sorprendido es cómo alguno de los capítulos del libro podría perfectamente tratarse del temario de alguna asignatura de administración y dirección de empresas. Este último año de mi carrera se ha centrado en la dirección, administración, gestión y logística de empresas de carácter industrial, y capítulos como “M3: Ministrando gracia y amor” y “M4: Moldeando la cultura”, podrían formar parte del temario de asignaturas sobre dirección de empresas. ¡Curioso!
¿Recomendarías la lectura de este libro? ¿A quién?
Recomendaría este libro a todo el mundo, tanto a cristianos veteranos como a recién convertidos. Es un material que te abre la mente acerca de lo que es realmente ser fructífero. Si piensas que no tienes un campo de misión tras leer el libro, te darás cuenta de que sí que tienes uno y que está más cerca de lo que piensas. Verás que probablemente ya estés siendo fructífero, lo que pasa es que no lo percibes.
También recomendaría que se estudiara en grupos (en el grupo de alabanza, grupos pequeños en la iglesia, etc.), ya que me ha parecido un libro de gran utilidad y de aplicación directa en la vida diaria.