Este año, con nuestra felicitación de Navidad, nos proponemos que esta celebración brille con más fuerza. Puede parecer paradójico en las Navidades más «oscuras» de los últimos años, donde las facturas de la luz andan por las nubes y los ayuntamientos ahorran en alumbrado. Pero gracias a Dios, su Luz no depende de nosotros; y gracias a Dios que esa Luz vino al mundo y da brillo, sentido y significado a esta celebración y a nuestra vida.
El pesimismo ha sido tema común a lo largo de este año, y ha cogido más fuerza si cabe en estas fechas en las que se hacen balances, miradas retrospectivas y también se piensa en el futuro. Pero no queremos hablar de pesimismo ni tampoco de optimismo, queremos centrarnos en Navidad. Porque el brillo a esta celebración no se lo quita ni el exceso de dinero, ni la falta de él, se lo quitamos nosotros.
Que los malos tiempos (o los buenos, o nuestro humor o deshumor, o nuestras prisas o pausas) no apaguen la Navidad. Que la Navidad brille en nuestras casas, en nuestras conversaciones, en nuestra vida; porque tenemos un motivo para hacerla brillar.
Para transmitir nuestro deseo, hemos enviado a nuestros traductores, correctores y diseñadores nuestra felicitación, porque los queremos mucho, porque se lo curran a diario de una manera excepcional, porque nos acordamos de ellos y porque queremos que entre todos demos luz a esta Navidad.
¡FELIZ NAVIDAD!