El terrible impacto del covid-19 en términos de las vidas que se está llevando, aparte del indudable quebranto económico de nuestras sociedades, conduce a algunos a plantearse preguntas como esta: ¿cómo podemos dar razón de la existencia de un virus tan letal a la luz del hecho de que Dios es bueno y omnipotente? Este mismo tipo de cuestiones aparecen igualmente en obras literarias que se ocupan de plagas similares. En estos días de confinamiento he estado leyendo dos de estos libros: La peste de Albert Camus, publicado en 1947, o el más reciente de Philip Roth, Némesis, de 2010, basado en los terribles efectos de la polio en la Norteamérica de finales de la Segunda Guerra Mundial. Parte importante de la trama de ambos escritos es la enorme dificultad de conciliar la existencia de un Dios santo con la de la plaga. Un mal que se presenta ,por estos escritores, de una manera brutal y descarnada, sin concesiones de ningún tipo ante el sinsentido de la tragedia de la muerte de tantos.
La fe cristiana ha buscado, asimismo, responder a este interrogante desde varios puntos de vista. Han sido innumerables las obras escritas con ese fin. Lo hace, por ejemplo, de una manera brillante, en otro libro que he leído en estos días, Daniel Defoe. El célebre autor de Robinson Crusoe, en su fascinante Diario del año de la peste, escrito en 1722, nos relata la pandemia que asoló Londres en 1665. Resulta fascinante observar cómo Defoe combina hábilmente su creencia en el gobierno de Dios sobre todas las cosas, con su clara exposición de las causas naturales detrás de aquella epidemia. Pero, en mi opinión, la obra que mejor articula la cosmovisión bíblica sobre la relación de Dios con el problema del mal, es la que escribió Paul Helm, el que fuera profesor de Historia y Filosofía de la Religión en el famoso King’s College de Londres.
Publicada hace años en castellano, es un libro que leí en Inglaterra cuando estudiaba para el ministerio cristiano, aconsejado por mi mentor y maestro Bob Sheehan. Tuve la oportunidad de escribir una reseña de este libro hace algunos años con motivo de su aparición en la colección de libros titulada Biblioteca José María Martínez publicada por Andamio. Básicamente, y en primer lugar, Helm argumenta sobre la base de textos como Deuteronomio 29:29 donde leemos: “Las cosas secretas pertenecen al Señor nuestro Dios”. Es decir, hay cosas que no sabemos por qué acontecen. Como lo expresa este profesor del King’s College:
«Pero lo que es imposible que hagamos es proporcionar una respuesta intelectualmente satisfactoria a la pregunta ‘¿por qué?’. Formular esta pregunta solo puede suscitar la respuesta: ‘Porque Dios ha decidido que sea así’. Para la pregunta posterior ‘¿Por qué Dios ha decidido que sea así?’ no hay respuesta iluminadora. Este es uno de los motivos por los que el patrón de la providencia divina será siempre un misterio, al menos en esta vida», p. 36.
Pero, en segundo lugar, la postura de Helm se basa en mantener en tensión dos verdades que, aunque aparentemente contradictorias, no lo son en las Escrituras. En este caso del covid-19, la soberanía y gobierno de Dios por un lado, y la validez propia de las causas naturales que lo han originado y expandido, por otro. Lo que Sheehan llamaba una antinomia, es decir, una paradoja. Helm sostiene, pues, lo que el denomina “el compatibilismo divino”, p. 176. Finalmente, el autor británico nos invita a considerar el problema del mal desde la perspectiva que, la cruz del Calvario, arroja sobre el carácter de Dios. La sección donde lo trata, dentro del capítulo 9, titulada “la experiencia de la debilidad”, es de lo mejor que contiene esta obra. Tratamientos del dolor como el que hace Helm en esta parte de su libro, muestran cómo la buena teología, sólidamente anclada en las Escrituras, es lo más práctico que hay.
En esta breve nota no es posible hacerse eco de la riqueza de la exposición de Helm. Pero sí espero que, por medio de estas breves líneas, muchos seáis desafiados a ponderar una obra que nos puede ayudar mucho a afrontar, bíblica y pastoralmente, esta terrible crisis que ha traído sobre todos nosotros el covid-19.
José Moreno Berrocal, pastor en la Iglesia Cristiana Evangélica de Alcázar de San Juan (Castilla-La Mancha), además de conferenciante y autor de varios libros como la biografía de William Wilberforce y el Básico Jonathan Edwards: La pasión por la gloria de Dios.
La providencia de Dios, Paul Helm
Parece que la expresión “providencia de Dios” está en desuso a día de hoy, pero no debemos olvidar que hace referencia a que Dios provee. ¿Qué podría ser más práctico, relevante y realista que esto? Este libro se centra en gran manera en quiénes reciben la provisión de Dios, qué provee y cómo lo hace.
La providencia es el punto focal de las conversaciones más intensas entre los teólogos y la comunidad cristiana más amplia. Las preguntas sobre la actividad de Dios en el mundo actual, su guía a los creyentes, la libertad humana frente a la voluntad divina, el lugar que ocupa la oración para llevar a cabo los propósitos de Dios, su responsabilidad sobre el mal… todas ellas están relacionadas con la providencia divina. Nuestra forma de pensar sobre estas cuestiones está profundamente relacionada con nuestra comprensión de Dios y con el modo en que debemos servirle y adorarle.
La providencia de Dios es una introducción clara, rotunda y estimulante a un área esencial de la teología.
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