En Efesios 6 Pablo expone un principio simple pero profundo que ennoblece el trabajo (para los que tienen el peligro de verlo como una pesadez) y a la vez desmitifica el trabajo (para los que tienen el peligro de convertirlo en su identidad). Dice que todo el trabajo debería hacerse “como si sirvieras al Señor”.
La clave de la enseñanza de Pablo aquí es tanto psicológica como espiritual. Le dice tanto a empleados como a empleadores que cambien su audiencia. ¿Quién está observando tu trabajo? ¿Para quién estás trabajando? ¿Qué opinión importa más al final?
Para empleados. Primero, se dice que los trabajadores sean diligentes en su trabajo (“con integridad de corazón”, v. 5). No deben hacer solo el trabajo mínimo necesario para evitar el castigo; no solo deben trabajar duro cuando sus supervisores los observan; no deben trabajar mecánicamente ni distraídos. Más bien, los cristianos deben comprometerse totalmente con el trabajo como personas completas, dando sus mentes, corazones y cuerpos para hacer el mejor trabajo posible con la tarea que tienen entre manos. ¿Por qué?
Los trabajadores cristianos pueden pensar y trabajar de este modo porque tienen una nueva motivación para el trabajo. Trabajan “como quien sirve al Señor” (v. 5). Así que debido a que tienen una recompensa inimaginable en Cristo (v. 8), su trabajo no tiene que estar demasiado condicionado por la cantidad de recompensa que obtienen de sus amos.
Los cristianos han sido liberados para disfrutar del trabajo. Si comenzamos a trabajar como si sirviéramos al Señor, seremos libres tanto del exceso como de la escasez de trabajo. Ni la perspectiva del dinero ni de la alabanza, ni de la falta de ella, será lo que nos controle. El trabajo será en primer lugar un modo de complacer a Dios haciendo su obra en el mundo, en honor a su nombre.
Segundo, los cristianos deben trabajar con “integridad de corazón”, que literalmente significa sinceridad de corazón, un término que connota tanto resolución como honradez. Significa que nuestro trabajo debe ser ético, no deshonesto ni engañoso en ningún aspecto. Tercero, debemos trabajar no “solo cuando os estén mirando, como los que quieren ganarse el favor humano”. Esto significa que no debemos trabajar duro solo cuando se nos observa; ni que hagamos solo lo necesario para salir del paso. Finalmente, el término “de buena gana” en el versículo 7 significa que los cristianos deben trabajar con alegría y energía.
Para empleadores. Aquí Pablo dice a los amos que ellos también son esclavos… esclavos de Cristo (v. 9). Esto es algo muy extraordinario y radical en una cultural rígidamente jerárquica. Está diciendo: “¡Comportaos con vuestros sirvientes como si vosotros también fueseis esclavos!”. Es fácil pasar por alto esta pequeña frase, “haced con ellos lo mismo”. ¿En qué sentido? En el que los esclavos debían tratar a sus amos: ¡con el mayor respeto por sus necesidades! +
La razón de Pablo para esta actitud radical no solo es que sean iguales que los esclavos ante el Señor, sino también que el Señor (para quien todos son igualmente responsables) e imparcial. No hay favoritismos con él. Dios no trata a nadie de manera diferente con base en la raza, la clase o la educación.
Todos trabajamos para una audiencia, seamos conscientes de ello o no. Algunos se esfuerzan por complacer a los padres, otros para impresionar a los compañeros, otros para convencer a los superiores, mientras que muchos hacen lo que hacen estrictamente para vivir según sus propios estándares. Todas estas audiencias son inadecuadas. Trabajar solo para ellas conducirá a un exceso o a una carencia de trabajo: a veces una mezcla de ambas, basándonos en quién mira. Pero los cristianos miramos a una Audiencia de Uno, nuestro amoroso Padre celestial y eso nos da responsabilidad como alegría en el trabajo.
Este es un extracto de Toda buena obra. Conectando tu trabajo con la obra de Dios, de Timothy Keller y Katherine Leary Alsdorf [Every good Endeavour].