Hoy tenemos el gusto de presentar a Jonatán Soriano, autor de La creación, su renovación y cuidado, su primera obra publicada con Andamio Editorial. En el contexto de emergencia climática, el ecologismo se divide en muchas voces que pregonan sus análisis sobre qué acontecerá con la creación y qué modelo socioeconómico nos ayudaría a evitarlo. La Biblia se presenta como una voz autorizada para hablar del estado en el que se encuentra el planeta y el gran desafío de la sostenibilidad, pero sin dejar de ser realista y sin asumir postulados filosóficos y tradiciones que menoscaban el sentido de la vida o que simplemente especulan con las posibilidades.
En esta entrevista, conversamos con él sobre el origen del libro, su proceso de escritura y la inspiración que lo llevó a convertir su reflexión en La creación, su renovación y cuidado.
1. Para conocerte un poco mejor, ¿qué libro tienes en tu mesita de noche en estos momentos?
Acostumbro a seguir una secuencia que consiste en leer un libro de teología o vida cristiana y después uno de ficción o ensayo. No suelo combinar libros porque me inquieta tener cosas comenzadas sin acabar. Ahora mismo estoy con un ensayo de Irene Vallejo, El infinito en un junco. Cuando lo acabe volveré a la lectura teológica.
2. ¿En qué lugar te concentras más para escribir?
En casa tenemos una habitación «comodín». Sirve para acoger a invitados, para guardar nuestro desorden rutinario (juguetes de nuestro hijo, paquetes que llegan, etc.) y también como despacho, con un escritorio. Es allí donde suelo escribir, aunque no por concentración, sino por espacio, sobre todo.
3. ¿Qué te llevó a escribir este libro?
Algunas de mis lecturas de los últimos años han sido sobre el tema del cuidado de la creación, que es algo por lo que siento inquietud. En concreto, por la introducción de temas relacionados con la creación en el ámbito de la teología. Coincidió que, en paralelo, tenía que escribir mi Trabajo Final de Grado de Teología, y quería que fuese algo que no quedase en un cajón o en un estante. Hablando del tema con mi tutor y otros profesores, me animaron a hacer una investigación sobre esta cuestión. Desde Andamio aceptasteis rápidamente mi propuesta y ha sido todo muy rodado.
4. ¿Qué fue lo más difícil en el proceso de escritura?
Sé que cualquier escritor hablaría aquí de la realidad de la «página en blanco». Es decir, la falta de ideas o de formas en que plasmarlas. Pero me sitúo en las causas que pueden provocar esa «página en blanco». Durante un tiempo de mi vida podía escribir con todo el silencio y el tiempo del mundo. Ahora, para este libro, he escrito en medio de una rutina laboral y estudiantil muy intensa, la crianza, etc. Así que diría que, por paradójico que parezca, son las circunstancias del día a día las que añaden más dificultad para la escritura y la lectura. Y digo que es algo paradójico porque, al mismo tiempo, son esas mismas experiencias las que nos autorizan, capacitan y dan los recursos para escribir.
5. ¿En qué lectores estabas pensando?
El libro es para la iglesia. Para una iglesia que, en el contexto occidental del siglo XXI, piensa y tiene la inquietud de participar en cuestiones de las que se está hablando en la esfera popular, pero desde una perspectiva bíblica. Hoy, el debate del ecologismo es algo que trasciende la simple propuesta de medidas para preservar el mundo natural. Es, más bien, una cosmovisión. Y cuando se habla de cosmovisiones, creo que la iglesia debe sentir la necesidad de reivindicar el diseño de la vida que Dios presenta en su Palabra.
6. Por último, si tuvieras que definir el libro en una palabra, ¿cuál escogerías?
«Renovador». Aunque el libro habla de la creación, se enfoca precisamente en la cuestión de su renovación, lo cual está estrechamente vinculado a la resurrección. Es algo que me parece fascinante y que, pienso y espero, puede servir de renuevo para vivir la fe cristiana en este contexto.
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