Esta entrevista trata de un libro que es parte de un proyecto: Ágora. Un proyecto donde uno de los objetivos principales es cuidar al líder, tanto su ánimo, como su familia, llamado e iglesia.
Jonatán vive en Palma de Mallorca con su esposa Isabella y sus hijas, Anna y Sara. Juntos sirven en el equipo pastoral de la Iglesia Evangélica Centre Cristià de Mallorca. Le interesa la teología pastoral y quiere dedicarse cada día más al cuidado de las personas y la renovación espiritual de la iglesia. Ha estudiado teología y filosofía y hoy disfruta de conversar con amigos, leer y correr.
Sobre la elección del libro
1. ¿Qué os motivó a escoger El líder cristiano para la iglesia?
La literatura cristiana sobre el liderazgo es abrumadora, a veces desconcertante. ¿Por qué nos decantamos por este libro? En primer lugar por las garantías que ofrece quién es su autor, una referencia literaria en el ámbito del discipulado y el liderazgo. En segundo lugar por su talante bíblico, su teología ortodoxa y por enmarcarse en la mejor tradición espiritual evangélica (D. Willard). En tercer lugar, por su claro posicionamiento ante modelos de liderazgo secularizados en pos de una propuesta de discipulado al modo de Jesús. Finalmente, porque toda su hondura se dice de forma breve y clara.
2. ¿Qué necesidades de liderazgo o discipulado buscábais atender con este recurso?
Deseamos enmarcar el liderazgo en el seguimiento de Jesús. Los líderes necesitamos que el evangelio cautive y renueve nuestra imaginación, ocasionalmente tentada por modelos de liderazgo que implícitamente conducen a la autopromoción, el abuso o la dependencia espiritual. Jesús tiene una historia mejor que contarnos y nos invita a vivirla. Por eso nos exponemos a la disciplina espiritual de la lectura comunitaria y orante de la Biblia, así como a otros recursos que promuevan y desafíen en nosotros una forma de liderazgo más parecida a la suya: humilde, compasiva y servicial.
Sobre el impacto y aplicación
3. ¿Cómo creéis que los principios de El líder cristiano pueden transformar la vida de los líderes de la iglesia?
Una parte sustancial del desarrollo de la vida y la madurez espiritual, así como el afinamiento teológico, consiste en la depuración de nuestra fe: ¿qué ídolos identificamos en nuestras vidas? ¿Qué anhelos desordenados nos mueven? ¿Qué heridas no resueltas y reconocidas pueden dañar a otras personas? Para someternos a esta «poda» es necesario coraje. Ahora bien, el resultado de someternos a este proceso da a luz el hermoso fruto de poder liderar como «sanadores heridos». La iglesia puede beneficiarse si su liderazgo tiene una clara autoconciencia de su propia fidelidad y seguimiento de Jesús; las evidencias de un corazón transformado darán como resultado vidas emocionalmente saludables, descentradas de sus delirios y disponibles para servir a los demás.
4. Bill Hull habla del liderazgo desde la perspectiva del discipulado. ¿Cómo resuena esto con la visión que tenéis como iglesia?
C. S. Lewis dijo una vez que:
«La Iglesia existe exclusivamente para atraer a los hombres a Cristo, transformándolos en pequeños Cristos. Si las iglesias no están haciendo esto, todas las catedrales, clérigos, misiones, sermones, hasta la propia Biblia, son apenas un desperdicio de tiempo. Dios no se volvió hombre con otro propósito que este. Quién sabe si incluso todo el universo no fue creado para este fin». (Lewis, Mero Cristianismo, 2014, p. 135)
Definitivamente, queremos ser una iglesia local enfocada en la misión cósmica que el Señor nos ha legado.
5. ¿Habéis pensado usar el libro en algún formato concreto (grupos de liderazgo, formación de discípulos, retiros, predicación…)?
Así es, este es el libro de texto principal de una asignatura con el mismo nombre que imparte nuestro pastor Daniel Rodríguez a un grupo de 140 estudiantes (líderes de grupos pequeños en ejercicio o formación). Lo hemos usado en este curso académico y nos seguirá acompañando en el futuro.

Testimonio y recomendación
6. Si tuvieráis que animar a otra iglesia a leer El líder cristiano, ¿qué les diríais?
Recomendaría una lectura atenta y aproximativa, en la que invitaría a que se planteen algunas preguntas: ¿cuál es la solidez bíblico teológica de lo que se dice? ¿Qué propone el autor y qué tan cercano es a las enseñanzas de Jesús? ¿En qué medida este texto responde a las necesidades de mi comunidad? No es necesario idealizar el libro para recomendarlo y tal vez el lector se encuentre desorientado en su último capítulo, enmarcado en las coordenadas sociales y religiosas de la cultura norteamericana. No obstante, también estamos invitados por el Apóstol a retener. Y, honestamente, aquí hay mucho contenido y muy bueno para retener. En páginas legibles por un perfil amplio de lectores, se dice con solidez teológica y profundidad espiritual tantísimo, que estoy seguro que alentará la reflexión privada, animará las conversaciones comunitarias en un café y nos impulsará en la doble dirección —interior y exterior— del liderazgo: ser discipulados y discipular.
7. ¿Hay alguna frase, enseñanza o capítulo del libro que os haya impactado especialmente y queráis compartir?
Tal vez dos citas. Una estremecedora, señala los riesgos de un liderazgo distorsionado, secularizado, ateo:
«Si el líder se permite sucumbir a los deseos de aquellos a los que dirige, aquellos que siempre intentarán convertirle en un ídolo, la imagen del líder se transformará gradualmente en la imagen del desorientador. Este es el líder que hace un ídolo de sí mismo y de su cargo, y que se burla de esta manera de Dios». (D. Bonhoeffer)
Y otra de la que brota una luz de esperanza, humildad y gracia:
«Quiero dar las gracias por toda la gente pequeña». (J. R. R. Tolkien)


