… pero que pesa más que el plomo. Un dolor que no deja cicatrices en la piel, pero hiere el alma hasta lo más profundo. La ansiedad y la depresión han dejado de ser meros términos médicos para convertirse en una epidemia silenciosa que afecta a millones, especialmente a los más jóvenes. ¿Por qué me siento así?, de David Murray, no es un tratado frío ni un manual clínico.
Murray no escribe desde una torre de marfil, sino desde la experiencia pastoral y el conocimiento profundo del sufrimiento humano. Su libro no se limita a descubrir síntomas, sino que se adentra en las raíces del problema: el agotamiento, la presión social, los miedos que paralizan y las heridas invisibles que cargamos sin saberlo. Sin embargo, el autor no deja al lector atrapado en la descripción del dolor.
Cada capítulo es un peldaño que conduce hacia la esperanza, no con optimismo, vacío, sino con verdades sólidas que han sustentado a generaciones de creyentes.
Una de las mayores virtudes de este libro es su tono. No hay en él sermones moralistas ni acusaciones disfrazadas de consejos. Murray entiende que la mente herida no necesita reproches, sino luz. Sus palabras no exigen, sino que invitan; no fuerzan, sino que sostienen. A través de testimonios reales, estrategias prácticas y, sobre todo, un sólido fundamento bíblico, ¿Por qué me siento así? ofrece herramientas para comprender y enfrentar la ansiedad y la depresión desde la fe, sin caer en simplificaciones que reducen el sufrimiento a una mera falta de espiritualidad.

No es un libro solo para aquellos que padecen en carne propia estas batallas. También es un recurso invaluable para padres, amigos y pastores que desean comprender y ayudar sin lastimar. En un mundo donde la tristeza se esconde tras sonrisas forzadas y donde la desesperanza se disfraza de indiferencia, ¿Por qué me siento así? nos recuerda que no estamos solos, que hay caminos hacia la sanidad y que, incluso en la oscuridad, la luz de Cristo nunca deja de brillar.
Esta guía va acompañada del libro para padres, ¿Por qué mi adolescente se siente así?
Samuel Arjona, reseña publicada originalmente en Edificación cristiana.

