Kari Clewett es psicóloga, sexóloga y terapeuta de pareja. Dirige un gabinete virtual y el equipo del Buen Sexo, y plantea este libro teniendo en cuenta que, siendo Dios el creador del sexo, los creyentes debemos educar y ser maestros en ello, evitando que la información llegue inadecuadamente desde otras esferas de la sociedad. Es interesante que el concepto del sexo como regalo de Dios para disfrute dentro del matrimonio se desarrolla sobre todo a partir de la Reforma del siglo XVI por parte del protestantismo, donde la familia cobra un brillo inusual en aquel momento.
En el libro encontramos que Dios ha creado algo tan poderoso como el sexo, que necesita un marco protector e indisoluble (el matrimonio entre un hombre y una mujer) para contenerlo, por esto el matrimonio cristiano es algo verdaderamente profundo e increíble (p. 24). El problema es que las rupturas matrimoniales están a la orden del día, también por enfocar inadecuadamente la sexualidad conforme a los patrones y prácticas que se promueven en muchos ámbitos, como ocurre con la pornografía. Pero el sexo es un acto de amor y compromiso que da la posibilidad de crear vida, y donde debería fluir el placer y disfrute mutuo. En relación al divorcio, la propia autora aporta su propia experiencia personal.
Lo primero es conectar con Dios para ser conocidos por él y que él nos enseñe sobre el amor y que, así, podamos amar a los demás (p. 42).
Por tanto, el sexo no es solo algo físico y, tal y como menciona Clewett citando a Gary Chapman, deberíamos involucrar los cinco sentidos humanos con palabras de afirmación, tiempo de calidad, regalos, actos de servicio y toque físico, reconociendo que el cuerpo es una maravilla de Dios.
En este libro se incide en romper con la ignorancia sobre el buen sexo diseñado por Dios, que, en gran parte, es un gran desconocido en su concepto original.
David Vergara, reseña publicada originalmente en Edificación cristiana.
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